sábado, 28 de noviembre de 2009

CÓMO INVESTIGAR EN EL AULA


RESUMEN:

El desarrollo del proceso investigativo.
La actividad es la unidad de programación y una metodología se plasma en una determinada secuencia de actividades con una peculiar orientación. El concepto de actividades se relaciona comúnmente con las actividades que hace el alumno y no con lo que hace el profesor. En cada actividad es necesario contar con criterios, para realizar una selección adecuada de actividades y para establecer la oportuna secuenciación de las mismas. La organización y secuenciación de actividades debe responder a un modelo no lineal sino interactivo.

Una metodología investigativa proporciona un marco referencial para la organización y secuenciación de actividades que facilita y potencia los procesos de construcción de conocimientos en los alumnos. Programación de actividades:
· Búsqueda, reconocimiento, selección y formulación del problema.
· Posibilitan la “resolución” del problema mediante la interacción entre concepciones del alumno e información.
· Facilitan la recapitulación del trabajo realizado, elaboración de conclusiones y expresión de resultados obtenidos.

Partir de problemas.
El punto de partida es trabajar con temas de interés para el alumno, que estimule su actitud y tenga potencialidad en la construcción de nuevos conocimientos. Partir de problemas constituye un paso decisivo en la metodología. ¿Qué entendemos por “problema”? Algo que no puede resolverse automáticamente, exige la movilización de diversos recursos intelectuales. El problema es “un proceso”, que se va desarrollando, reformulando y diversificando de forma paralela al propio proceso de aplicación de la metodología. Partir de un problema no implica elaborar al final la solución correcta, tiene mayor interés didáctico, clave de esta metodología, “trabajar” con el problema antes que buscar la solución es un proceso intelectual complejo. El tratamiento del problema articula nuevos problemas y nuevas temáticas que puedan guiar el proceso de aprendizaje del alumno.

¿Quién plantea el problema? Lo fundamental es que el problema sea asumido como tal por los alumnos. Los problemas pueden ser planteados por el profesor o por los alumnos, o bien, surgir de una investigación anterior. El problema es una cuestión relativa, llegarán a ser asumidos como “cuestión problemática” por un colectivo determinado en función de las concepciones predominantes en dicho grupo, del contexto y de la motivación existente.

¿Debe el profesor contribuir a centrar el problema? Al hacerlo, el profesor garantiza la conexión con los supuestos básicos de la programación prevista para el nivel y materia de que se trate. No hay que olvidar que reconocer, plantear, formular problemas son destrezas que el alumno puede no poseer e incluso tardar en conseguir. Para facilitar el aprendizaje habrá que ofrecerle al alumno, ejemplos, pero sobre todo, favorecer el que se ejerciten estas destrezas y propiciar la interacción.

¿Cómo garantizar la conexión entre los problemas planteados y los intereses de los alumnos? Al plantear y seleccionar los problemas debe establecerse una interacción entre las propuestas estimulantes y sugestivas que pueda hacer el profesor y los intereses potenciales, latentes, de los alumnos, conectando esas propuestas con las inquietudes de éstos y tendiendo a la ampliación progresiva del primitivo campo de motivación del alumnado.

¿Qué tipos de problemas seleccionar? Habría que tener en cuenta variables como el nivel de enseñanza, la materia, la programación prevista, etc. Los problemas pueden tener un planteamiento globalizador, o bien, referirse a procedimientos o a actitudes. Hay problemas que son más propiamente de investigación y otros de aplicación; los primeros obligan a poner en marcha un auténtico proceso, secuenciado, de búsqueda de respuestas; los segundos comportan la aplicación a una situación nueva de conocimiento o procedimientos ya asumidos. No es conveniente plantearse a la vez muchos problemas, pues dispensaría la línea de investigación elegida y dificultaría el proceso de construcción de conocimientos.

Contar con las concepciones de los alumnos.
Una concepción constructivista del aprendizaje se produce por interacción entre el conocimiento de que dispone el alumno y las nuevas informaciones que le llegan. Se considera como bases o puntos de engarce sobre los que se irán construyendo los nuevos conocimientos.

¿Tienen realmente los alumnos concepciones propias acerca de las materias escolares? Las concepciones de los alumnos, correspondientes a los diversos campos del conocimiento, se hallan interconectadas entre sí y jerarquizadas. Las concepciones que tienen los alumnos acerca de los diversos aspectos de las materias escolares difieren, pues los alumnos están integrados en un contexto que les obliga a dar respuestas y soluciones a multitud de problemas o cuestiones sobre los más diversos asuntos.

¿Qué hacer con las concepciones de los alumnos? Es necesario ayudar al alumno a explicitarlas, lo que permitirá, al mismo tiempo, que el profesor las vaya conociendo y obtenga una visión general de las más frecuentes y de las que más puedan incidir en el proceso de aprendizaje. La explicitación tiene ventajas para el alumno, al tener conciencia de sus propias concepciones, se pone en disposición de reflexionar sobre ellas y enfrentarlas con nuevas informaciones, provoca reestructuración y construcción de nuevos conocimientos.

¿Cómo hacer que el alumno explicite sus ideas previas?, ¿Cuándo es el momento más oportuno? A través del desarrollo normal de las actividades de enseñanza, mediante el análisis continuo de la producción de los alumnos y la observación en el aula. Habría que combinar la aplicación de estrategias que faciliten la explicitación a lo largo de toda la secuencia de actividades con la contemplación de momentos especialmente adecuados para dicha explicitación. Un momento adecuado para establecer la conexión entre la explicitación de concepciones y el inicio de la contrastación es el del establecimiento de posibles hipótesis.

¿Qué interés tiene establecer hipótesis? Ayuda a situar y a dotar de sentido al cúmulo de actividades posteriores frente a una enseñanza de tipo espontaneista o activista, en la que el alumno no ve sentido a las actividades que se le proponen y que no comprende a qué van dirigidas.

¿Quién formula o establece las hipótesis? Se trata de propiciar la interacción entre las hipótesis individuales, de pequeños grupos y las que pueda ofrecer el profesor. Éste puede elaborar modelos de hipótesis a partir de las expresadas por los alumnos. No se trata de validar las hipótesis, sino de propiciar la confrontación entre respuestas iniciales y nuevas informaciones, en orden a la elaboración de conclusiones finales, en definitiva, de nuevos conocimientos.

Trabajar con nuevas informaciones.
Estas informaciones proceden de fuentes muy diversas:
· Juegan un importante papel las informaciones constituidas por los aprendizajes anteriores de los alumnos.
· La propia realidad socionatural en que se desenvuelve el alumno.
· El medio, especialmente el entorno próximo al alumno.
· El profesor, en diversos momentos del proceso.
· Los alumnos en equipo o individual.
· Libros de texto o consulta, compendios documentales, archivo de clase, recursos audiovisuales, etc.
· Los métodos de trabajo utilizados y los recursos y técnicas empleados.

Todas estas fuentes de informaciones son contenidos que se utilizan en los aprendizajes escolares, implica una adopción de una perspectiva diferente de la tradicional a la hora de diseñar y aplicar una metodología.

Es indispensable establecer una clara secuenciación de las actividades, ello implicaría un inventario de los recursos a utilizar y el establecimiento de determinados criterios para la organización de las actividades previstas. Esta etapa es el momento de aportación de la mayor parte de los contenidos relativos al problema trabajado, lo que se plasma en forma de “nuevos” conceptos, procedimientos, actitudes, etc.

¿Qué es lo que ocurre cuando interaccionan las nuevas informaciones con las informaciones previas de que disponía el alumno y sobre las cuales se va construyendo el nuevo conocimiento? Las concepciones previas pueden producir un bloqueo o, al menos, dificultar notablemente la asimilación real del nuevo conocimiento.

¿Qué estrategia adoptar para la introducción de los nuevos conceptos, procedimientos, etc.? Una estrategia, progresiva y adecuadamente secuenciada, de aportación de nuevos conocimientos, siguiendo el modelo en espiral. Es conveniente introducir formulaciones intermedias entre la formulación considerada científicamente correcta y la formulación que posee el alumno, en forma de concepción propia.

Elaborar conclusiones.
Las conclusiones se van obteniendo, en un proceso continuado, al mismo tiempo que se van construyendo los conocimientos, en la interacción conocimientos anteriores-nuevas informaciones.

La forma más adecuada para consolidar la asimilación de conceptos, procedimientos, actitudes, etc. Aprendidos es proporcionar al alumno la posibilidad de poner en práctica en sus nuevos aprendizajes, en donde pueda comprobar el interés y la utilidad de esos aprendizajes en la acción. Al tiempo que el alumno va diferenciando el nuevo aprendizaje del contexto o situaciones, va enriqueciendo también progresivamente sus construcciones cognitivas en la línea del progreso.

ANÁLISIS:

En la presente lectura, se pone de manifiesto los factores importantes que influyen para lograr una enseñanza-aprendizaje satisfactoria, misma en la que ambas partes tienen ingerencia, tanto alumno como maestro, sin embargo, es necesario que el docente tome en cuenta los intereses de los alumnos para desarrollar las actividades dentro del aula.

Los conocimientos previos con los que cuenta el alumno son de suma importancia para el maestro, ya que esto le ayudará a planear, diseñar, organizar y aplicar las actividades. Se dice que el término actividades solamente corresponde a las que el alumno realiza dentro del aula, pero el maestro también forma parte de este concepto, puesto que antes, durante y después de aplicar la actividad, él asume un papel importante para desarrollarla eficazmente.

Es necesario que dentro del ámbito educativo, tanto maestros como alumnos estemos en constante actualización, de esta manera se les dará mayor utilidad a los recursos con los que se cuenta dentro del aula y la escuela. La tecnología es un recurso que día a día se está haciendo indispensable para el ser humano, mismo que debemos de explotar como fuente de información para el proceso enseñanza-aprendizaje. Éste es uno de los recursos que más despierta el interés de los alumnos, por lo cual tenemos el compromiso de darlo a conocer, o mejor dicho, de retroalimentarlo dentro del salón de clases. Quienes nos resistimos al cambio, debemos de promoverlo para que la enseñanza que se brinde a los alumnos sea de calidad e interactiva.



María Eugenia Bautista Cisneros 14 de noviembre del 2009
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