miércoles, 2 de diciembre de 2009

PAPEL DEL PROFESOR Y DEL ALUMNO EN UNA METODOLOGÍA INVESTIGATIVA


RESUMEN:

En el desarrollo de una metodología investigativa intervienen: el alumno, como protagonista del aprendizaje; el profesor, como coordinador y facilitador del aprendizaje y el contexto en que se produce el proceso, materiales didácticos, aspectos organizativos y clima del aula.

En una metodología investigativa el papel del profesor pierde relevancia y queda difuminado frente al protagonismo decisivo del alumno en la realización de las actividades programadas. El papel del profesor adquiere una nueva significación como coordinador y facilitador del proceso de enseñanza-aprendizaje.

El profesor:

- Programa la secuencia de actividades en que se materializa, el proceso de enseñanza-aprendizaje.
- Propicia el planteamiento de situaciones problema.
- Elabora estrategias, selecciona y organiza las informaciones, incorporando el uso de los recursos adecuados.
- Aporta informaciones útiles en el proceso.
- Coordina, incentiva y garantiza la continuidad del trabajo en el aula durante el desarrollo de las actividades.
- Planifica estrategias tendientes a crear un clima de clase, activo y participativo.
- Realiza análisis sistemáticos de la realidad del aula y del desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje, adecuándola a la realidad.
- Integra su actuación en el proyecto de trabajo global del equipo docente.

En una metodología investigativa, el profesor debe explicar o no, de forma coherente, en el proceso metodológico la aportación de informaciones a realizar por el profesor.

El alumno es “protagonista de su propio aprendizaje”, significa asumir la perspectiva de que todo lo que ocurra en el proceso de enseñanza-aprendizaje debe adecuarse al proceso de construcción del conocimiento del alumno. Establecer mecanismos para que el alumno supere su bloqueo inicial para “aprender”, que dificulta su cambio hacia una actitud positiva de interés por un aprendizaje “activo”.

Para que el aprendizaje llegue a ser realmente “significativo” es necesario que se den las siguientes condiciones:

- Que el contenido tenga significatividad lógica.
- Que el contenido pueda ser integrado en las redes de significados ya construidos por el alumno.
- Que el alumno tenga una actitud favorable para aprender significativamente. Esta actitud se apoya fundamentalmente en la motivación.

Los aprendizajes que se realizan de forma significativa facilitan la construcción de nuevos significados posteriores. Fomentar la motivación consiste en obtener partido de la interacción entre los intereses reales de los alumnos y las propuestas incentivantes del profesor, tendientes a extender el campo de motivación del alumno. La motivación del alumno se refuerza en la toma de decisiones relacionadas con determinados aspectos de la propia dinámica de la enseñanza.

Un marco ambiental de trabajo en el aula agradable, contribuirá a la maduración del proceso personal de construcción de conocimientos. Este clima debe favorecer actitudes activas en los alumnos que les ayuden a superar los modelos tradicionales de enseñanza y a asumir el protagonismo y la responsabilidad en su aprendizaje, clave del éxito en el proceso.

Resulta útil el concepto de conocimiento compartido, esto es, tener en cuenta que mediante múltiples procesos, la construcción del conocimiento en el aula se realiza a través de interacciones entre alumnos.



ANÁLISIS:
El maestro es un guía del aprendizaje del alumno, eso es lo que todo docente debemos de hacer dentro del aula, sin embargo habemos todavía quienes queremos ser los únicos protagonistas del proceso enseñanza-aprendizaje.

Al decir que el maestro es sólo facilitador del conocimiento, no quiere decir que ha perdido poder y control con los alumnos, lo que se pretende es que el alumno sea el único constructor de su propio conocimiento, el maestro, tiene que planear, diseñar, aplicar, y en caso necesario, readaptar las actividades que el alumno va a realizar.

La motivación e interacción con el alumno son factores importantes para que adquiera un aprendizaje significativo, ya que de esta manera realizará las actividades con entusiasmo y mostrará una actitud positiva ante éstas. La actitud tanto del educador como del alumno, debe de ser lo más positiva posible, puesto que el maestro dará confianza a los alumnos y creará un ambiente agradable dentro del aula, el educando se sentirá confortable y no se le dificultará desarrollar ningún trabajo que el maestro le encomiende. Es necesario romper con el tradicionalismo dentro del salón de clases, es hora de innovar y presentarles un nuevo panorama a los alumnos, el proceso enseñanza-aprendizaje no se limita a mandar y actuar, al contrario, es interacción constante para lograr un alto índice de aprendizaje, pero sin imposición, sino con la participación de ambas partes docente-alumno.




María Eugenia Bautista Cisneros 14 de noviembre del 2009
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